lunes, 29 de septiembre de 2014

En el 55º aniversario de la Biblioteca Popular Pedro Goyena...


...se publica una nota sobre la obra de aquel periodista católico.


El diario local "Perspectiva Sur", en su edición del lunes 29 de septiembre de 2014 ofrece a sus lectores el artículo titulado "Pedro Goyena y la prensa católica de su época", que lleva la firma del periodista Jorge E. Padula Perkins.

Lo hace en relación directa con el 55º aniversario de la creación de la "Biblioteca Popular Pedro Goyena" de la ciudad de Quilmes (de la cual Padula Perkins es socio honorario).

Entre otras consideraciones, la nota (que puede leerse completa en este mismo blog) dice: 

Groussac lo describe como de “una fisonomía simpática, risueña a la par que pensativa: ojos pequeños, vivísimos, que vibraban por entre la orla negra de las pobladas pestañas una mirada penetrante; boca abultada de orador elocuente o decidor festivo; barba de misionero joven que afinaba un tanto el pálido perfil” y lo caracteriza por su “cordialidad expansiva, su alegre franqueza y su inalterable buen humor, su rápida asimilación intelectual y ese coger al vuelo el pensamiento ajeno a medio elaborar, con una presteza casi adivinatoria”.

De esta manera "Perspectiva Sur" ha querido no solo destacar la noble tarea de educación y divulgación de la cultura y el saber que, durante más de medio siglo ha venido desarrollando esta biblioteca popular, sino también algunas de las características éticas e intelectuales del periodista, escritor y político cuyo nombre lleva con orgullo.

Al margen de su cosmovisión, con la que puede coincidirse o no, lo que destaca a Pedro Goyena es la calidad de su labor con la pluma y su honestidad intelectual. Así lo sintetiza de algún modo el final del artículo cuando afirma:

Goyena murió económicamente pobre, en 1892 en el barrio de Flores, donde había vivido. Más se equivocó Paul Groussac, cuando a poco tiempo de aquella desaparición física pensaba que las jóvenes generaciones lo olvidarían. En el siglo XXI la figura de Pedro Goyena tiene su lugar en la historia de las ideas, razón por la cual no ha sido total su muerte y puede coronarse su existencia con la frase del poeta Horacio que Groussac estimara inalcanzable: Non ovnis moriar.


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